Este objeto que casi todos llevamos encima y que se ha hecho indispensable a pesar de que hace unos años vivíamos felices sin él, también tiene historia aunque no lo parezca, y ya hace más de 100 años lo ideó un electricista llamado Nathan Stubblefield. Desgraciadamente, y como muchos genios, murió olvidado y pobre sin saber el alcance de su idea.
El teléfono móvil, o celular, ofrece unos datos de vértigo que lo confirman como uno de los inventos del siglo, con más 2,5 Billones con B, de terminales y algunos datos estadísticos tan curiosos como asombrosos, por ejemplo que son robados más de 10.000 móviles cada mes solo en el Reino Unido, que en Europa hay 96 móviles por cada 100 habitantes o que en India se compran en un mes 6 millones de celulares. El móvil ha irrumpido en nuestras vidas de manera casi insustituible, pero, ¿cuál es su origen?
A pesar de que la enciclopedia británica recoge como dueño de la patente del radioteléfono a George Sweigert en 1969, y a Martin Cooper de Motorola como inventor del primer teléfono móvil funcional de uso público en 1973, la idea se remonta bastantes años atrás, y de hecho se reconoce la invención y desarrollo del concepto de telefonía móvil a Nathan B. Stubblefield en 1902, y su patente en 1908.
Stubblefield era un humilde electricista autodidacta de Kentucky quien, en 1902, ideó un sistema de radiodifusión entre varios receptores que probó en una plaza de Murray, Kentucky. Su alcance era de 800 metros y necesitaba un mástil que servía de antena de 36 metros de alto y unas grandes bobinas con forma de rueda. La idea era comunicarse con un teléfono fijo pudiendo el emisor moverse de un lado a otro, a través de campos magnéticos, y el sistema funcionó demostrando que podía comunicarse con varios receptores a pesar de estar cambiando de ubicación: la idea original del teléfono móvil.