Decía Baudrillard que vivimos en una hiperrealidad, creada a conciencia, de recrearnos en la ignorancia, para sumergirnos en lo que los budistas llamaban Maya, la ilusión manufacturada, el mundo de la realidad que no es real, la que nos hacen ver. Hoy Maya está hecha con tecnología, efectos especiales, y lo que los politólogos llaman, política del acontecimiento y el espectáculo.
En el pasado eran los santos de las iglesias los que controlaban nuestras emociones, codificando nuestro contacto con lo desconocido. Hasta ahora era la televisión la que pretendía demostrarnos que todo es conocido. Sin embargo, el mensaje homogéneo de los mass media, choca contra la sociedad de multitudes y la posibilidad de fragmentar la comunicación que nos brinda la tecnología.
Probablemente los lectores de estas líneas estarán recibiendo cantidades de emails en los que se informa de todas las asambleas, acontecimientos, movimientos, iniciativas surgidas en torno a distintas asociaciones políticas y de opinión, o en torno a sucesos más o menos graves o delicados, en cada país, porque en cada país hay posturas ideológicas encontradas y en cada facción hay posiciones más o menos afincadas y extremas.
El masivo envío de mensajes refleja básicamente dos cosas:
El esfuerzo por parte de los mass media de olvidarse (interesadamente) del asunto, obligando a la masa crítica a realizar acontecimientos-espectáculo para llegar a la opinión pública. Pero, es que la gente resulta que está informando gratuitamente...
El esfuerzo de (parte de) la ciudadanía por la transparencia y el NO OLVIDAR, lo que se está fraguando y se quiere negar: un cambio de sociedad que lucha contra la comodidad y el miedo.
Está quedando cada vez más claro que los medios de comunicación son entretenimiento, no información real. El periodista dice lo que se supone que tiene que decir. Porque está contratado.
Pero, el ascenso de los blogs, y lo que se llama en marketing la GESTIÓN DE LA REPUTACIÓN, ante la cantidad de información que recibimos diariamente, la gente opta por dejarse guiar por las redes sociales. ¿Estará el sistema preparado para una labor informativa completamente individualizada? ¿Una información Long Tail? ¿Están preparados los usuarios mayores de 50 años para entender lo que está pasando?
Artículo basado en el del enlace
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